Con una privilegiada ubicación en Robliza de Cojos (Salamanca), en pleno Campo Charro, logramos una curación lenta y natural, gracias a los inviernos fríos y secos, y los veranos suaves y cortos. El paisaje, la dehesa, es llano (aunque ligeramente ondulado), con pastos y encinas en los que abundan las charcas y arroyos. Prados en los que se puede disfrutar del cerdo ibérico pastando en libertad entre las encinas.
Robliza
de Cojos
en pleno Campo Charro
Nuestra máxima es la calidad, y para ello seleccionamos los mejores cerdos ibéricos. Cerdos que han sido criados en libertad y alimentados de la mejor materia prima: cereales naturales y bellotas en la época de montanera.
Gracias a los mejores animales, conseguimos una producción controlada y cuidada hasta el último detalle en nuestras instalaciones. Seguimos un proceso artesanal en nuestros secaderos naturales para conseguir jamones y embutidos ibéricos para los paladares más exigentes.
Una empresa
familiar
con tradición ibérica